Sin duda es mucho lo que se puede hablar de fútbol, de la historia del fútbol y del fútbol rosarino en particular.
Muchos clubes, grandes jugadores y la concentración (la globalización, se dice ahora, pero esto es un fenómeno gradual, que se ha venido produciendo incesantemente a través del tiempo en todas las actividades). Desde el comienzo de este deporte, federado a partir de la actuación de Atlético del Rosario en el campeonato de Buenos Aires en 1900, y con una docena de entidades a partir de la creación de la Liga Rosarina en 1905.
La historia del fútbol está llena de episodios memorables, anécdotas gratas e ingratas, la evolución desde el amateurismo puro hasta su transformación por obra de dirigentes y aficionados en el profesionalismo, primero encubierto y luego declarado por el reclamo de los jugadores que quisieron tener participación en los resultados económicos que, de a poco fue produciendo el fútbol. Primero fue todo el gusto de jugar, después algún reconocimiento de los gastos de los actores y más tarde el movimiento de los clubes más poderosos que buscaban el concurso de los jugadores que se destacaban en las entidades más modestas.
Pero siempre el entusiasmo, la pasión del aficionado (algunos de ellos dirigentes y jugadores) que ha hecho que en pleno profesionalismo subsistan elementos propios de la pasión inicial.
Entre tantas cosas, ha quedado el recuerdo de los grandes jugadores, su adhesión a una entidad, muchas veces agrandadas por el “hincha”. Porque una vez que se instaló el pago por los servicios de los actores en la cancha todo se mezcló y el interés económico de ellos pasó a primer plano (para ellos se entiende).
Sin embargo, el aficionado y de una manera diferente el periodista (que existe como cronista en Rosario desde el comienzo del fútbol en 1905; el primero fue Roberto Rois) rescataron con visiones paralelas los nombres de los grandes jugadores y su cariño y su entrega por una determinada divisa. La anécdota del gran Gabino Sosa y la muñeca es la versión más repetida.
Si en el profesionalismo de la AFA, debiera señalarse un ejemplo de consecuencia, no sólo los partidarios de Rosario Central, pondrían en primer lugar a Alfredo Fogel, que empezó en 1ª. división en 1936 en la Asociación Rosarina y jugó su último partido en 1954, cosa excepcional para entonces (18 años y 326 partidos en la 1ª. de AFA). Jugador meritorio, de mucha regularidad y poco brillo. Sufrió una sola expulsión y se cuenta que el árbitro José Bartolomé Macías decía luego: “Me vi obligado a expulsarlo por la forma en que se produjo la acción, frente a mi, me dolió hacerlo ante una trayectoria tan ejemplar”. Bien, Fogel no jugó en ningún otro club.
Los dirigentes
El 1er presidente de la Liga Rosarina de Fútbol fue
El de Rosario Central, Mr. Colin Calder
El de NOB, don Víctor Heitz.
En Rosario Central, sin duda, el más notable de sus dirigentes fue don Federico Flyn. Desempeñó la presidencia en dos etapas, en las que completó 25 años. En la 1ª., en 1929, consiguió hacer construir las primeras tribunas de cemento, que cerraban los costados norte, este y sur en un tramo de 300 m. En 1958 logró erigir el ángulo suroeste y luego el noroeste y el amplio balneario, detrás del estadio.
En NOB los doctores Carlos Gervasio Colombres y Vicente E. Pomponio tuvieron la más destacada actuación. El primero fue del artífice del ingreso a la AFA de NOB y RC. Se entendía entonces que, al margen de la rivalidad deportiva en el ámbito local, había intereses comunes que había que defender por el bien recíproco. Le valió mucho al doctor Colombres el enorme prestigio y las relaciones que había sabido conseguir durante sus estudios de derecho en Buenos Aires y su actuación como diputado nacional. Las manifestaciones de pesar en todos los ámbitos de su actuación en ocasión de su muerte prematura –tenía sólo 39 años- fueron la más acabada muestra del prestigio alcanzado.
El doctor Pomponio continuó por la misma senda y eso quedó demostrado en el recimiento en estadio ñulista al equipo centralista al volver éste de su primer descenso en 1943. Además, Pomponio obtuvo en 1943 el reconocimiento de su club como entidad grande de la Argentina.
Más allá de estos nombres han sido muchos los dirigentes que pusieron el mayor empeño para el progreso de sus instituciones, con resultados varios por influencias diferentes, ya sea económicas y de actuaciones más o menos eficaces de los equipos de fútbol, de la la. división.
La trascendencia en el exterior
El primero en salir del país fue NOB en 1941. Entre ese año y 1943 recorrió varios países sudamericanos sin ser vencido. Más tarde, en 1949 y 1950 estuvo en España, Portugal, Alemania y Bélgica. con 8 victorias, 2 derrotas y 5 empates. En 1955 volvió a viajar a Europa (Holanda, Alemania, Luxemburgo y Francia).
Rosario Central, a partir de 1943 hasta 1957 realizó 3 giras por Chile y Brasil, con resultado ampliamente favorable.
No se ha considerado aquí los distintos partidos disputados en la R.O. del Uruguay. En el caso del club del parque, generalmente relacionado con el club Nacional, y Central con Peñarol.
La Copa Libertadores y la Conmebol.
Los goleadores
Desde la incorporación de NOB y RC al profesionalismo de la AFA en 1939 fueron varios los jugadores de los clubes rosarinos que encabezaron la tabla de goleadores. El 1° que alcanzó esa meta fue José Canteli, de NOB, en 1941, con 31 goles. Canteli, que provenía de Gimnasia y Esgrima, de Santa Fe, fue adquirido ese año con René Pontoni y Oscar Garbagnoli al club santafesino. En 1948 Benjamín Santos, de RC, venido del pueblo de Cafferata (SF), con remate poderoso, a veces de larga distancia, Oscar Massei, Juan A. Castro, Alfredo Obberti, Mario A. Kempes, Ariel Cozzoni, Víctor Ramos y tantos otros que, aunque no alcanzaron el tope de la tabla son recordados por dejar sus registros a lo largo del tiempo en los máximos torneos de la AFA.
Muchos jugadores que actuaron en el fútbol rosarino desarrollaron parte de sus carreras en el exterior y allí dejaron la marca de su capacidad goleadora. Aquí tenemos ejemplos:
Gabriel O. Batistuta (NOB) 184....
Los extranjeros que más jugaron en Rosario:
El primer extranjero que jugó en Rosario fue Gerardo Rivas, paraguayo, que vino de Atlético Rafaela a Rosario Central en 1929. Este jugador, muy joven, vino con la selección paraguaya que jugó el Campeonato Sudamericano de 1927, en Buenos Aires, y llamó la atención por su gran habilidad. Actuó, luego, muy brevemente en NOB.
En el profesionalismo , los extranjeros con más partidos fueron: José J. González (RC), 467...
Central Córdoba: Gabino Sosa, Vicente Aguirre - Vicente de la Mata, Francisco de la Mata – Humberto Fiore, Federico Monestés y Waldino Aguirre, Rodríguez de Lara, Víctor Curutchet
Belgrano (1924) : Florindo Bearzotti
Tiro Federal: Dannaher, Grieshaer – Roberto Cochrane – Carlos Guidi
Argentino: Manuel Aragúez
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